viernes, 24 de septiembre de 2010

Retrato del artista ausente (Gorri x EAR)*

Gorri no obedece a las expectativas de un documental sobre un pintor. Menos aún encaja en la categoría de cine de arte. En su propuesta está ausente toda pedagogía, reemplazada por algunas cuestiones que hacen a una ética de la mirada. ¿Cómo acceder a las huellas que deja una presencia enorme cuando deviene repentinamente ausencia? O acaso más sencillamente, atiende a ciertas cuestiones materiales, como lo que implica para los deudos ordenar las pertenencias del ausente, incluso cuando entre ellas hay varios centenares de pinturas, a medio descubrir.

Así como en Meykinof Carmen Guarini escapaba de las convenciones (y limitaciones) de los making of complementarios a cualquier film industrial, cotejando horizontalmente su labor con el de Edgardo Cozarinsky filmando Ronda nocturna, aquí se desplaza del formato esperable de un documental de observación, o incluso de las formas de bordear ausencias ensayadas en ciertos exponentes del documental de creación contemporáneo pensamos, por ejemplo, en los films de Richard Dindo. Sin apelar al comentario en off como lo hiciera en Meykinof, donde exponía dudas, meditaba vacilaciones o comentaba decisiones, aquí queda a cargo de encuadre y montaje (notable participación de Martín Céspedes) el estructurar no solamente un retrato del artista ausente, sino examinar sus marcas en aquellos que lo rodearon, y la configuración de una obra que se afirma más allá de la desaparición física de su creador.

Gorri es también una máquina del tiempo que liga presencias pasadas y ausencias presentes. El montaje elabora continuidades con escenas de cuando el artista vivía y el registro de lo que ha dejado luego de su partida. Desde el pasado, Gorriarena afirma que las obras no se terminan, sino que se las abandona, como a una amante, ya que abandonarlas es la única forma de seguir queriéndolas. Y esas obras repentinamente abandonadas pueden ser amadas por otros. En el taller, los lienzos se desperezan de su sueño contra la pared y parten a una muestra montada por algunos de sus seres más cercanos. El film fluye así mediante dos corrientes: la de algunas apariciones de Gorriarena en vida y las del armado de la muestra póstuma (una buena excusa argumental) puntuada por los amigos que perpetúan sus encuentros a pesar del lugar vacante. Interesante relación que instala los planos de existencia de Gorri más allá de una lógica binaria, de presencia versus ausencia. Aquí estamos en el territorio inquietante de las ausencias demasiado presentes, o de las presencias que juegan a ausentarse. Terreno, hay que agregar, propicio para que la imagen cinematográfica extienda sus poderes.

Por cierto, además de lo aportado por el significativo grupo de sus allegados, se esparcen por la película unas cuantas verdades emitidas por el propio artista contra el arte como instrumento de cambio social, o su defensa de lo figurativo contra las seducciones de la abstracción. Justamente él, que en tanto catálogo o comentario apareciera bajo el rubro “pintor social”. Remedando lo que dijo alguna vez cierto cineasta (también de pocas pulgas) sobre la relación entre política y cine, pero trasladándolo al vínculo entre política y pintura: lo de Gorriarena no era pintura política, lo que ocurría era que pintaba políticamente. Y aquí se demuestra el potencial de ese gesto, más allá de los temas, incluso más allá de la imagen.

Junto al poder de las pinturas que con cierta parquedad asoman en pantalla, como renegando de un protagonismo que le corresponde a su sujeto (no es un documental sobre pintura sino sobre un artista) Gorri deja adivinar un mundo que puede ser querible o feroz, pero que siempre decide volcarse del lado de la vida. A pesar del dolor por la desaparición reciente que tiñe todo su transcurso, el sufrimiento deja paso al fluir de lo que sigue existiendo. Situación que otorga a este documental de Guarini la forma de un duelo que no corre riesgo alguno de derivar a la melancolía, sino que deviene, pintura, pasión y razones mediante, en afirmación de la vida. En síntesis, reafirma aquello no por tantas veces citado menos cierto: el arte es, entre otras cosas, un buen modo de burlar a la muerte.


*Eduardo Russo (Publicado en revista El Amante)

jueves, 23 de septiembre de 2010

Algunas Noticias

Gorri continúa por 3era Semana en los cines Gaumont, Arteplex Belgrano y Artecinema. En esta última sala se verá sólo durante los jueves de septiembre. En todos los casos les pido que consulten los horarios que salen en las carteleras de los diarios, ya que pueden sufrir modificaciones ajenas a nuestra voluntad.

En La Plata se verá mañana en un ciclo de Cine nacional que se da en el Cine Municipal del Pasaje Dardo Rocha.

A todos aquellos que me han hecho llegar sus saludos y sus hermosos comentarios sobre la película, se los agradezco.

Muy pronto se subirán unos muy buenos análisis del film realizados por alumnos/as del IUNA.

Novedades en el blog: nuevos links en la página de "Prensa/Críticas" para los que estén interesados en seguir leyendo; también en "Gorri x..." los textos de Santoro y Nigro que con motivo del estreno salieron publicados en el diario Página 12. En "Análisis de la película" los interesantes textos de Maria Iribarren y Sebastián Russo.

Gracias

Gorri en la calle






El diseño es de Mario Durrieu y la foto del cuadro de Gustavo Lowry

ESTRENO - DIJO LA CRITICA

… el milagro de recuperar a Gorri en el imposible presente.
MUY BUENA – MIGUEL FRIAS – CLARIN

Gorri una propuesta que, como toda la obra de Carmen Guarini, habla de ausencias y de presencias.(…)
Nada sencillo lograr que esto ocurra e impacte en el espectador. Guarini lo consigue.”
MUY BUENA – CLAUDIO MINGHETTI – LA NACION

OTRO NOTABLE DOCUMENTAL DIRIGIDO POR CARMEN GUARINI
“...Gorri dispara preguntas, por su indeclinable voluntad de abrir temas, en lugar de cerrarlos.
Tal vez por aquello de que no hay obra que no sea inconclusa.”
8 – HORACIO BERNADES – PAGINA12

“El film reafirma aquello no por tantas veces citado menos cierto: el arte es, entre otras cosas,
un buen modo de burlar la muerte.”
EDUARDO RUSSO – Revista EL AMANTE

“La apuesta general de Guarini resultan tan audaces como finalmente logrados. Un documental valioso.”
DIEGO BATTLE – otroscines.com

De un modo original y en perfecta sintonia con la manera de pintar de Gorriarena,
(este film) pinta el mejor homenaje: el retrato de su ausencia y del rastro que dejo en el mundo.”
ANGEL BERLANGA - Radar

Gorri, desgrana una historia para construir otra…la autora propone desde el inicio:
concebir que la ausencia del cuerpo es la presencia del alma. O viceversa.”
JUAN PABLO RUSSO – Escribiendo cine

“Gorri explota en cada uno de sus encuadres desperdigando un surtido precioso de asuntos…
hace muchas películas que Guarini pone a levar el registro directo en la mesa de edición.
Allí, montaje y puesta en escena intercambian fermentos hasta enredarse uno con la otra.”
MARIA IRIBARREN – TIEMPO ARGENTINO/RUMBOS

miércoles, 19 de mayo de 2010

Poema de Juan Gelman

GORRI
Por Juan Gelman

El fuego de tu mano
queda en el mundo, quema
suciedades terrestres,
llena la copa del buen ojo,
el que mira oleajes
de amor y de dolor, ese fuego
funda ciudades, soles
que no se ven, para a
los mazos que golpean
en pabellones del espanto, piedra es
contra la perra de la injuria,
las mañanas sin leche, las
llagas del corazón,
el fuego de tu mano arde
dentrísimo de vos, desde vos,
empeñado en alzar
lo que es y lo que no fue,
mares/mareas/vida/siempre/

sábado, 24 de abril de 2010

Trailer

jueves, 22 de abril de 2010

Sinopsis

La historia de este film comienza en el momento en que el artista y su obra se independizan para siempre. Muere Gorriarena y su obra comienza una existencia donde el autor no está para explicarla, reemplazarla o modificarla. El montaje de una exposición es la excusa para explorar las decisiones tanto materiales como ideológicas que coexisten en el trabajo de un artista. El film explora algunas de esas decisiones y sus resultados, intentando dar a ver qué gestos de amor, de confianza, de orden, de admiración o de avidez suscita, y en ese proceso intenta encontrar el camino del pintor y tal vez, solo tal vez, acercarse a su verdad. Una verdad que se expresa a través del color, de un realismo crítico y mordaz, de la denuncia irónica y de una enérgica resistencia a ser "acusado" de pintor político y social.